He recibido con enorme satisfacción los originales del libro “Historia de la mariconería en el Magdalena”, de la autoría del maestro Aníbal Ceballos Camargo, a punto de ver la luz pública.
La prosa fluida, aunque a veces barroca del connotado historiador y periodista, lleva al lector por un irreverente y entretenido viaje por los vericuetos del homosexualismo en la ciudad y el Departamento. Entrega datos de evidente fidelidad y se empeña en la denuncia de docenas de personajes públicos que durante muchos años han permanecido en el closet.
Con su característico humor negro, Aníbal ‘tira al ruedo’ a políticos, ejecutivos y periodistas, que aún no se atreven a publicar sus tendencias sexuales, a quienes el autor insta a hacerlo con razonables argumentos y con la descripción de situaciones ejemplares.
Es un trabajo bien documentado, que contiene además una protesta de orden semántico, por la injustificable e insoportable costumbre actual de llamar gays a los maricas, cambiando el sonoro y atractivo vocablo por uno simplón y extranjero. Es posible que antes de su aparición divulguemos algunos apartes en este blog.
Sorprende la inclusión de algunos nombres de quienes no se había sospechado, pero las pruebas aportadas por Aníbal son contundentes… categóricas, dignas de creer. Es fácil presumir el éxito editorial de tan importante trabajo periodístico y literario, por las importantes revelaciones que contiene. Frente a su inminente divulgación, hay gente ‘pagando escondederos’ a cualquier precio. Sin duda, el escándalo será mayor que el propiciado por la publicación de ‘Las prepago’. Como expresé, tengo los originales, y claro… también la disposición de enviar algunos capítulos a quienes lo soliciten. Al fin y al cabo, como dicen en Plato, “yo no soy escaparate de nadie”.
Por cierto, Aníbal anuncia desde ya la impresión de otra investigación titulada “El baile de la pluma. Origen, desarrollo y practicantes históricos”, con la asesoría del sociólogo Tony Alberto De la Cruz. A no dudarlo, será también controversial…
La prosa fluida, aunque a veces barroca del connotado historiador y periodista, lleva al lector por un irreverente y entretenido viaje por los vericuetos del homosexualismo en la ciudad y el Departamento. Entrega datos de evidente fidelidad y se empeña en la denuncia de docenas de personajes públicos que durante muchos años han permanecido en el closet.
Con su característico humor negro, Aníbal ‘tira al ruedo’ a políticos, ejecutivos y periodistas, que aún no se atreven a publicar sus tendencias sexuales, a quienes el autor insta a hacerlo con razonables argumentos y con la descripción de situaciones ejemplares.
Es un trabajo bien documentado, que contiene además una protesta de orden semántico, por la injustificable e insoportable costumbre actual de llamar gays a los maricas, cambiando el sonoro y atractivo vocablo por uno simplón y extranjero. Es posible que antes de su aparición divulguemos algunos apartes en este blog.
Sorprende la inclusión de algunos nombres de quienes no se había sospechado, pero las pruebas aportadas por Aníbal son contundentes… categóricas, dignas de creer. Es fácil presumir el éxito editorial de tan importante trabajo periodístico y literario, por las importantes revelaciones que contiene. Frente a su inminente divulgación, hay gente ‘pagando escondederos’ a cualquier precio. Sin duda, el escándalo será mayor que el propiciado por la publicación de ‘Las prepago’. Como expresé, tengo los originales, y claro… también la disposición de enviar algunos capítulos a quienes lo soliciten. Al fin y al cabo, como dicen en Plato, “yo no soy escaparate de nadie”.
Por cierto, Aníbal anuncia desde ya la impresión de otra investigación titulada “El baile de la pluma. Origen, desarrollo y practicantes históricos”, con la asesoría del sociólogo Tony Alberto De la Cruz. A no dudarlo, será también controversial…
1 comentario:
Cormane... que gusto encontrar este sitio para estar, aunque sea de forma virtual, en contacto contigo.
Me parece espectacular la forma en que nos invitas a recibir la obra del maestro Anibal.
Un abrazo.
Angie Navarro
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