Semillero de periodistas ‘Álvaro Cepeda Samudio’
A Diana Marcela
La Internet y las Superautopistas Informativas cumplen hoy la triple misión históricamente asignada a los medios de comunicación: educar, informar y entretener
En la era del Ciberespacio el lenguaje tomó una nueva valoración y por ello es necesario defender su uso y su calidad. La lengua es fundamental en el sistema habitual de comunicación. El filósofo británico Ludwing Wittgenstein, sostiene: “Los límites de mi lenguaje constituyen los límites de mi mundo”. Sin duda, en el ciberespacio, se libra ya un intenso conflicto lingüístico.
Por ello, no es exagerado afirmar que nuestra lengua está en inminente peligro, y para dirigir la lucha organizada contra este gran riesgo, las Academias de la Lengua son los órganos adecuados.
Los pueblos de habla castellana debemos solicitar a los gobiernos que doten a las Academias de los medios necesarios para adelantar una eficaz defensa del idioma, fundamento de la unidad nacional.
Las Academias son laboratorios de creatividad y motores de acción donde se dan cita el patriotismo, la inteligencia y el servicio a la comunidad, consideradas organismos consultivos del gobierno.
Resultaría oportuno hacer valedera la sentencia del padre Félix Restrepo: “Mientras hablemos una misma lengua, la naturaleza misma nos tendrá unidos. Nada hay que una tan fuertemente nuestros pueblos como el tesoro de una lengua común”.
Es deber de todos los ciudadanos, periodista y estudiantes de comunicación social, defender el idioma patrio y contribuir a la conservación, enriquecimiento y difusión de la sonora y majestuosa lengua de Castilla.
Resulta imperativo caer en cuenta de que la conservación de nuestra herencia común, el habla castellana, es tan urgente como la defensa de los recursos naturales, de los suelos, de las fuentes de agua… y sin duda, como la defensa vehemente que hacemos de la mujer que amamos.
A Diana Marcela
La Internet y las Superautopistas Informativas cumplen hoy la triple misión históricamente asignada a los medios de comunicación: educar, informar y entretener
En la era del Ciberespacio el lenguaje tomó una nueva valoración y por ello es necesario defender su uso y su calidad. La lengua es fundamental en el sistema habitual de comunicación. El filósofo británico Ludwing Wittgenstein, sostiene: “Los límites de mi lenguaje constituyen los límites de mi mundo”. Sin duda, en el ciberespacio, se libra ya un intenso conflicto lingüístico.
Por ello, no es exagerado afirmar que nuestra lengua está en inminente peligro, y para dirigir la lucha organizada contra este gran riesgo, las Academias de la Lengua son los órganos adecuados.
Los pueblos de habla castellana debemos solicitar a los gobiernos que doten a las Academias de los medios necesarios para adelantar una eficaz defensa del idioma, fundamento de la unidad nacional.
Las Academias son laboratorios de creatividad y motores de acción donde se dan cita el patriotismo, la inteligencia y el servicio a la comunidad, consideradas organismos consultivos del gobierno.
Resultaría oportuno hacer valedera la sentencia del padre Félix Restrepo: “Mientras hablemos una misma lengua, la naturaleza misma nos tendrá unidos. Nada hay que una tan fuertemente nuestros pueblos como el tesoro de una lengua común”.
Es deber de todos los ciudadanos, periodista y estudiantes de comunicación social, defender el idioma patrio y contribuir a la conservación, enriquecimiento y difusión de la sonora y majestuosa lengua de Castilla.
Resulta imperativo caer en cuenta de que la conservación de nuestra herencia común, el habla castellana, es tan urgente como la defensa de los recursos naturales, de los suelos, de las fuentes de agua… y sin duda, como la defensa vehemente que hacemos de la mujer que amamos.
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