miércoles, 26 de marzo de 2008

No crea lo contrario: Los políticos necesitan de los periodistas…

Semillero de periodistas ‘Álvaro Cepeda Samudio’
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Al examinar las relaciones entre políticos y periodistas, se distinguen dos factores relacionados con el aspecto comunicacional, comunes a unos y a otros. Por un lado, el periodismo es una actividad mediadora indispensable para el político, sin la que no podría realizar eficazmente sus cometidos. Y por otra parte, el lenguaje periodístico actúa como metalenguaje con relación al lenguaje político.

En una parroquia como Santa Marta, es frecuente que el político mire al periodista ‘por encima del hombro’. Y en más de una ocasión, adoptando una pose de salvavidas, le suelta al paciente profesional de los medios, la más mortificante e indigna de las expresiones: ‘Vamos a darte una cuñita por un mes… para ayudarte’… ¡Qué irrespeto!... Veamos quien ayuda a quien.

La mediación periodística

En el desempeño de su actividad, la mayoría de las veces el político no se dirige directamente a los ciudadanos, sino a través de la mediación periodística. Es una evidente secuela de la arrolladora penetración del medio televisivo.

En efecto, la televisión ha contribuido a modificar las estrategias electorales. Las campañas ya no se efectúan ‘cara a cara’, en las plazas públicas, y las actividades políticas se organizan teniendo en cuenta los horarios de televisión, a fin de facilitar el cubrimiento y la difusión adecuada del acontecimiento, al punto de que si no tienen televisión en vivo y en directo, prefieren aplazar debates o cualquier otra actividad.

Es claro: Los políticos de todas las layas, han encontrado en la televisión, el medio más eficaz para asegurar que sus programas y consignas lleguen al mayor número de ciudadanos con un mínimo costo, esfuerzo y máxima celeridad.

Lo anterior ha contribuido a que la función social del periodista se haya revalorizado en las sociedades democráticas, comenzando a formar una nueva clase, un sólido gremio, al que debe reconocerse como configurador de la conciencia colectiva. Los periodistas son creadores de ideas, normas y valores socales, desplazando de esta función a grupos institucionales que la habían ejercido tradicionalmente, como la Iglesia, la Universidad, los científicos y la clase intelectual.

La actual fragilidad de los sectores mencionados, sumada al vertiginoso desarrollo tecnológico de los medios de comunicación social, ha dejado el camino expedito a la comprobación de esa pragmática realidad, que muestra la influencia de la información en el debate social, en general, y en el político, en particular.

Es evidente el tránsito de una democracia de persuasión directa, en que el político movilizaba a sus electores mediante actos públicos, a la democracia de comunicación indirecta. Así, el dirigente político necesita a los medios, se sirve de ellos para comunicase con sus potenciales electores y persuadirles de las ventajas y la conveniencia de su programa ideológico.

Resumiendo: El político requiere del periodista para llegar más eficazmente a su público elector, y como consecuencia de ese condicionamiento, el periodista es cada día más importante para el político, hasta el punto de que determinada adhesión, puede llegar a convertirse en un objetivo político prioritario.

Por estas y por muchas más razones que no exponemos para no cansar a nuestros lectores, es inexplicable que algunos periodistas, escasos de dignidad, se conviertan en simples ‘correveidiles’ de vergonzosos politiqueros.

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