Mi comadre Rocío Lacouture, ‘jodona’ como siempre, me encontró de sopetón y se aprovechó de mis circunstancias: Estremeció mi silla de ruedas, me mentó la madre; me empujo, me lavó; me tendió, y no me planchó por falta de un tomacorriente cercano.
Todo eso, al expresarme su inconformidad en relación con el tratamiento que he dado a algunos temas, que según ella, ‘deben ser manejados de forma mas prudente’… y de paso, me lanzó un reto: ‘Vea compadre… Escriba distinto, sin malas palabras… por ejemplo… -y de sus labios salió un hermoso desafío- ¡escriba sobre el amor!... y se fue… como se van todas las Lacouture: ¡Sin despedirse y cuando les da la puta gana!... quizá porque recuerdan el poder emanado de la célebre ‘bola de candela’, como es llamado un supuesto pacto con el diablo, obligado a proteger a la familia a cambio de la entrega de unas cuantas almas de amigos y empleados… Yo por eso…
¿Sabe qué comadre? A pesar de mi particular tristeza, por vivir en el intento de superar la adversidad que usted bien conoce, creo que yo si puedo hablar del amor. En mi caso, hablar del amor es hablar de Muñe. El amor,-o ella- es potencia integradora y sanadora. Es un estado surgido de la conciencia que cada día cobra más fuerza en nosotros, dispersando sus conductos más delicados y vehementes. Ya invadidos de amor, es cuando la vida adquiere su verdadero sentido, sin detenerse a pedir permiso, porque amar es el más profundo impulso vital de todos los seres vivos.
Es el amor, comadre, quien nos conecta al corazón del universo. Es una fuerza opulenta que otorga libertad y sabiduría; que nos sensibiliza y seduce para que entreguemos sin reparos, lo más hermoso de nuestra esencia en el curso del camino. Solo el amor nos brinda la oportunidad de transitar el sufrimiento con dignidad.
¡Nunca estamos solos! El amor nos escolta, incluso en momentos de desesperanza. Créeme ‘Chío’, que más allá de cualquier otra alternativa, a pesar de mi desgracia, quiero vivir en amor, con Muñe, en un estado inmutable… e inmortal.
El amor tiene la última palabra frente al desamor o la traición. Nos facilita percibir el aroma de lo invisible; nos muestra la función de la vida; pule nuestros sentidos para deleitarnos con sus acciones; florece lo devastado y es como un vallenato en tono menor.
Es por amor, comadre, que a cada uno de nuestros actos, le ponemos una chispa de locura recóndita que nos hace salir adelante. Y sobre todo, querida Rocío, el amor nos hace vivir en sincronía con Dios, con tu Dios…Y esa afortunada concordancia, es la que permite que tú y yo seamos tan buenos amigos, en este juego malparido y bacano de la vida… a pesar de lo mucho que me jodes…
Todo eso, al expresarme su inconformidad en relación con el tratamiento que he dado a algunos temas, que según ella, ‘deben ser manejados de forma mas prudente’… y de paso, me lanzó un reto: ‘Vea compadre… Escriba distinto, sin malas palabras… por ejemplo… -y de sus labios salió un hermoso desafío- ¡escriba sobre el amor!... y se fue… como se van todas las Lacouture: ¡Sin despedirse y cuando les da la puta gana!... quizá porque recuerdan el poder emanado de la célebre ‘bola de candela’, como es llamado un supuesto pacto con el diablo, obligado a proteger a la familia a cambio de la entrega de unas cuantas almas de amigos y empleados… Yo por eso…
¿Sabe qué comadre? A pesar de mi particular tristeza, por vivir en el intento de superar la adversidad que usted bien conoce, creo que yo si puedo hablar del amor. En mi caso, hablar del amor es hablar de Muñe. El amor,-o ella- es potencia integradora y sanadora. Es un estado surgido de la conciencia que cada día cobra más fuerza en nosotros, dispersando sus conductos más delicados y vehementes. Ya invadidos de amor, es cuando la vida adquiere su verdadero sentido, sin detenerse a pedir permiso, porque amar es el más profundo impulso vital de todos los seres vivos.
Es el amor, comadre, quien nos conecta al corazón del universo. Es una fuerza opulenta que otorga libertad y sabiduría; que nos sensibiliza y seduce para que entreguemos sin reparos, lo más hermoso de nuestra esencia en el curso del camino. Solo el amor nos brinda la oportunidad de transitar el sufrimiento con dignidad.
¡Nunca estamos solos! El amor nos escolta, incluso en momentos de desesperanza. Créeme ‘Chío’, que más allá de cualquier otra alternativa, a pesar de mi desgracia, quiero vivir en amor, con Muñe, en un estado inmutable… e inmortal.
El amor tiene la última palabra frente al desamor o la traición. Nos facilita percibir el aroma de lo invisible; nos muestra la función de la vida; pule nuestros sentidos para deleitarnos con sus acciones; florece lo devastado y es como un vallenato en tono menor.
Es por amor, comadre, que a cada uno de nuestros actos, le ponemos una chispa de locura recóndita que nos hace salir adelante. Y sobre todo, querida Rocío, el amor nos hace vivir en sincronía con Dios, con tu Dios…Y esa afortunada concordancia, es la que permite que tú y yo seamos tan buenos amigos, en este juego malparido y bacano de la vida… a pesar de lo mucho que me jodes…
2 comentarios:
me parese que esta bien te felicito sebes te digo xq no hay comentarios xq nadie conose esta pagina
Tratando de encontrar una definicion de "mamar gallo " para mi hija , no nacida en el caribe y a quien trato de explicarle todo lo que pueda y disfrute compartir con su familia caribeña , me encontré esta pagina, que fué de mucha ayuda.
El escrito sobre el amor , muy bueno , me gusto y lo comparto, excelente y caribeño
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